Santa Cruz, 06 de octubre del 2020.- Desde inicios de agosto, diferentes partes de Bolivia han sido azotadas por una ola de incendios forestales que continúan. La mayoría de estos están afectando a la biodiversidad e incidiendo en la calidad del aire, la disponibilidad de agua y la fertilidad de los suelos.
En ese contexto, algunas áreas protegidas nacionales han sido afectadas y otras amenazadas por las llamas. El Ministerio de Medio Ambiente y Agua a través del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), coordinando a través de la Dirección Ejecutiva, Direcciones y personal de protección y técnico de las áreas protegidas. Asimismo, interactuando con instancias públicas locales, departamentales, comunidades, ONG, voluntarios y, siendo partícipe del Plan del Comité de Crisis por Incendios Forestales del departamento de Santa Cruz, han estado en constante trabajo por mitigar los incendios forestales.
Una de las técnicas en trabajo preventivo que destacan y ejecutan los guardaparques con años de experiencia en combate de incendios forestales, es realizar los patrullajes inmediatos con recorridos por la zona donde se detectan los focos de calor. Además de realizar charlas informativa con advertencias del efecto devastador del fuego para las comunidades.
Por otro lado, al ser la prevención la mejor manera de evitar que un incendio forestal afecte a un área protegida, la clave es no esperar que el fuego ingrese o llegue muy cerca de sus límites, “tras que sensores remotos satelitales detectan un foco de calor, enseguida se reacciona, buscando la amenaza día y noche” señala Jorge Banegas, Jefe de Protección del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis. Además agrega que cuando el fuego se expande, cría cuerpo y se hace inmenso, y hay menor posibilidad de apagarlo menos cuando no hay buen acceso, poniendo en riesgo la vida en el combate.
“Los incendios de menor magnitud son los que no debemos dejar que se expandan, esos deberían atenderse de manera rápida, ya que son los que pueden crecer por las condiciones climáticas (…)”, destaca Yesenia Sejas, pasante de Monitoreo Ambiental Integral del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco, tomando como reflexión su experiencia como voluntaria captando apoyo para incendios.
Por su parte el Jefe de Protección del área protegida Otuquis destaca que “atacar en los límites externos, regresar a la zona incendiada hasta tres días después para liquidar, son dos acciones clave para prevenir que un incendio forestal ingrese a un área protegida o, se reactive luego de haber sido controlado”.
Cuerpo de protección en primera línea
El Cuerpo de Protección del SERNAP, entre ellos, Área Natural de Manejo Integrado San Matias, Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Serranía del Iñao, Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco, Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis y el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Serranía del Aguaragüe. En estos tiempos han optado por combatir el fuego fuera y dentro de sus límites, coordinando con las diferentes instancias competentes con tuición en la zona externa del área protegida, como municipios, Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), militares, comunidades y estancias, éstos últimos para el uso de maquinarias para las brechas corta fuego como prevención de avance de los incendios.
Está en tus manos revertir esta situación
La Dirección de Monitoreo Ambiental del SERNAP recomienda extremar las precauciones y tener en cuenta una serie de prohibiciones en el medio ambiente. Las altas temperaturas y las imprudencias pueden ocasionar desastres naturales de gran magnitud. Está en nuestras manos poder evitarlos.
Intencionados: entendiéndose intencionalidad cuando hay acción dolosa como culposa del causante. Las motivaciones son variadas, siendo con diferencia las más comunes la quema no autorizada, ilegal e incontrolada de superficies agrícolas, ya sea para la eliminación de rastrojos o matorrales, limpia de chacos (lo que se conoce como quema agrícola) o para la regeneración de pastos para el ganado. Tras estas destacan también la piromanía, usos cinegéticos, vandalismo o venganzas personales. Por último, en algunas ocasiones la motivación tiene que ver con ahuyentar animales, la especulación urbanística, la animadversión contra repoblaciones forestales, bajar el precio de la madera, entre otras. Cabe señalar que el delito de incendio está tipificado en muchas legislaciones.
Negligencias y causas accidentales: representan un 20-25 % de los casos. En este apartado, las quemas agrícolas (en estos casos autorizados, pero en las que los autores perdieron el control del fuego, extendiéndose éste por la superficie forestal colindante) están también entre las causas habituales. Otras causas son las colillas y hogueras, fogatas mal apagadas, motores y máquinas, quema de matorral, quema de basuras, trabajos forestales, etc.
Rayos: esta causa natural representa cerca de un 4-5 % de los casos.
Desconocidas: cerca del 15 % de los incendios forestales se deben a causas desconocidas.
Reproducciones de incendios anteriores: en contadas ocasiones (un bajo porcentaje) un incendio es una reproducción de un incendio anterior que no llegó a extinguirse del todo y se extiende a una nueva zona.
En estos indicadores la frecuencia de la intencionalidad, por ejemplo, puede variar mucho de unas regiones a otras.
“Prevenir los incendios forestales es tarea de todos”.